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¿POR QUÉ MALTA?

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¿Por qué malta?

Existen numerosas razones para elegir Malta, para su peregrinación en el Mediterráneo.

La ubicación de Malta en el centro del Mar Mediterráneo, le permite ser el trampolín ideal para viajes a Europa Oriental y Occidental, así como a Oriente Medio y Turquía. Malta, se ha convertido en el centro de viajes aéreos de bajo costo, permitiendo viajes económicos y convenientes, a una gran cantidad de destinos en un par de horas de vuelo.

Los Malteses se enorgullecen de haber sido uno de los primeros países del mundo, en adoptar la Fé Cristiana. No siempre ha sido fácil. La estratégica posición geográfica de la pequeña nación isleña, ha sido el centro de enfrentamientos de muchos imperios y religiones, a lo largo de su agitada historia. Es un verdadero testimonio del poder de la Fé y la conversion, que han tenido los Malteses , soportando todo esto y han  permanecido fieles a su primer llamado. La devoción religiosa de los isleños, se evidencia en las importantes Iglesias, que dominan muchos de los horizontes. Con un estimado de 365 iglesias y más del doble de capillas, repartidas por las islas, podrás encontrarte una por donde quiera que vayas.

Por supuesto, no podemos hablar de la historia espiritual de Malta, sin reflexionar sobre el evento milagroso que vio San Pablo, el apóstol de los gentiles, cuando naufragó fortuitamente en nuestras amadas islas, trayendo la primera Fé a un acogedor pueblo.

El Señor ha sido nuestro escudo. La historia misma, proporciona la prueba una y otra vez; sobre todo en los asedios de Malta en 1565 y en la Segunda Guerra Mundial.

Finalmente, la mejor razón para embarcarse en una peregrinación espiritual en Malta, es poder experimentar la calidez de la Fé Cristiana, entre personas cálidas  y hospitalarias. San Lucas describe esto claramente, en los Hechos de los Apóstoles

“Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío.” (Hechos 28,1-2)

Malta Creyente

La nutrida y turbulenta historia de Malta y su estratégica posición geográfica, ha expuesto a su gente a múltiples sistemas de creencias a lo largo de los siglos. Desde los cultos de fertilidad prehistóricos (con los lugares de culto y construcciones humanas, más antiguos conocidos, que preceden las pirámides de Egipto, en más de 1000 años), a las religiones monoteístas del Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.

Una colonia de antiguos poderes.

Los Fenicios pusieron fin a la prehistoria de Malta alrededor del año 750 AC, quienes tomaron poseción de las islas, trayendo consigo su fé, basada en la muerte, tomada en parte de los Egipcios. Más tarde, los Romanos trajeron su miríada de dioses a Malta y ocuparon las islas durante varios siglos.

 

San Pablo y los primeros Cristianos en Malta.

El evento más revelador en la nutrida historia de Malta, es sin duda el naufragio de San Pablo en las Islas, en el año 60 d. C. El apóstol de los gentiles, estaba siendo escoltado a Roma para ser juzgado como agitador político, cuando el barco que lo transportaba a él y a otros 274 pasajeros, fue atrapado en una tormenta. El entonces, gobernador Romano Publio, se convirtió al Cristianismo y  llegó a ser el primer obispo de Malta.

El Cristianismo, floreció en Malta a pesar de las persecuciones bajo Nerón y sus sucesores, hasta el año 313 dC, cuando el emperador Constantino I, despenalizó el culto Cristiano.

Los Normandos liberan a Malta del dominio árabe.

Los siglos siguientes, vieron crecer la fé en Malta, hasta que las islas fueron tomadas por una fuerza árabe en 869 dC. Sin embargo, se cree que grupos de comunidades Cristianas aisladas, perduraron hasta que el Conde Roger I, el rey Normando, expulsó a los árabes en 1091.

 

Los caballeros de San Juan.

Desde la persecución de los Cristianos en el siglo III, a manos del Imperio Romano, los fieles de Europa no habían enfrentado una amenaza tan grande para su supervivencia; como el surgimiento del poderoso Imperio Otomano Islámico. Dios tenía un plan completamente diferente para Europa y para los otomanos; Malta sería el instrumento elegido. Después de la expulsión de Rodas, en 1522, Carlos V de España, regaló a Malta, los Caballeros de San Juan. Durante el siglo siguiente, Malta, bajo el celo militar y espiritual de los Caballeros, se convirtió en el baluarte de Europa, contra una invasión Otomana.

En mayo de 1565, las fuerzas Cristianas, lograron una de las mayores victorias en la historia de asedio y efectivamente produjo la sentencia de muerte, a las aspiraciones del Imperio Otomano hacia Europa.

 

Los británicos expulsan a los franceses.

Cuando el poder de los Caballeros disminuyó en el Mediterráneo, Napoleón, tomó el control de Malta en 1798. Los Malteses se levantaron contra los franceses y recuperaron la mayor parte de la isla. En 1800, Lord Nelson, liberó a Malta del control de Napoleón. A pesar de que los nuevos gobernantes eran protestantes, los Malteses mantuvieron un intenso fervor hacia su fé Católica.

 

Primer Santo de Malta.

En 1880, nació el primer Santo de Malta, San Dun Gorg Preca. Fue canonizado el 3 de Junio de 2007, por el Papa Benedicto VXI y su fiesta se celebra el 9 de Mayo. San Dun Gorg Preca, comenzó su misión con un pequeño grupo de hombres jóvenes (entre los 20 años de edad), inculcando en ellos, principios morales, el temor a Dios y una conciencia del amor infinito que Dios lleva a la humanidad. Estos jóvenes, fueron las primeras semillas de la Sociedad de Doctrina Cristiana, popularmente conocida como MUSEO, un acrónimo en latín, que significa («Señor, que todo el mundo siga el Evangelio»),la que se ha extendido por Europa, Oceanía, África y América Latina.

Malta hoy.

Hoy, la batalla de Malta es mantener el fervor espiritual, contra el creciente relativismo y la presión política extranjera. Malta enfrenta desafíos en su futuro espiritual, pero permanence un fuerte deseo de seguir descubriendo a Dios.

La fé sigue viva y es importante para los Malteses, lo demuestran los numerosos grupos de oración de laicos, que han traído una nueva vida espiritual a nuestras islas. El Cristianismo, ya no es la fé que hereda de los padres, sino la fé que  se elige para vivir y crecer.

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